Si crees que el cardio es la única forma de perder peso, es posible que también hayas caído en la trampa de estos otros mitos. Aprende cómo separar los hechos de la ficción, para que obtengas resultados reales en el gimnasio.
Mito 1: Sin dolor, no hay beneficio
¿Te dices a ti mismo que el dolor valdrá la pena? Eso no es necesariamente cierto. Quizás uno de los mitos más extendidos en el mundo del entrenamiento es la creencia de que el dolor es un requisito previo para el progreso. Si bien un entrenamiento puede llevar a dolores musculares e incomodidad, no debería doler.
Es importante que distingas entre la incomodidad de superar tus límites y las señales de alarma de posibles lesiones. De lo contrario, podrías terminar lastimándote en lugar de lograr tu objetivo. Así que, recuerda a partir de ahora: Mucho dolor puede llevar a un esguince. Porque un entrenamiento inteligente implica un equilibrio entre desafío y recuperación suficiente.
Mito 2: Cuanto más, mejor
La idea de que cuanto más tiempo pases entrenando, mejores serán los resultados está lejos de ser cierta. Sin suficientes periodos de descanso y recuperación, existe el riesgo de sobreentrenamiento, que puede provocar agotamiento, una disminución del rendimiento e incluso lesiones. Como en muchos casos, la calidad es más importante que la cantidad. Unas sesiones de entrenamiento estructuradas y específicas, combinadas con días de descanso, son la clave del éxito de un programa de entrenamiento.
Si entrenas mucho, también es buena idea variar las partes del cuerpo en las que te centras. Así evitarás entrenar el mismo grupo muscular varios días seguidos. No seas la persona que claramente se saltó el día de entrenamiento de piernas.
Mito 3: El cardio es la única forma de perder peso
Para aquellos a los que no les gusta el entrenamiento de resistencia pero aún así quieren perder peso, hay buenas noticias. El entrenamiento cardiovascular no es la única solución. No cabe duda de que es beneficioso -y especialmente bueno para la salud en general- seguir haciendo entrenamiento de resistencia, pero el entrenamiento de fuerza también desempeña un papel importante en la formación de masa muscular magra, que a su vez aumenta el metabolismo y ayuda a quemar calorías incluso en reposo.
Así que, aunque lo mejor es un enfoque equilibrado, no tienes porqué ponerte a correr para conseguir tu objetivo.
Al navegar por el complicado panorama del ejercicio, es importante distinguir la realidad de la ficción. De lo contrario, corremos el riesgo de salir del gimnasio en peor estado que cuando entramos, y eso no sería muy alentador. Por lo tanto, hay que abordar el entrenamiento con una mezcla de paciencia, dedicación y conocimientos. Hacer menos puede llevar a conseguir más, ¿y a quién no le gusta eso?